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Estimado

Wences:

ebo informarte que nos has dejado sin
saber qué hacer, sentimentalmente
hablando. Muchos te han llorado,
Dotros guardan enojo por tu manera
tan súbita de partir, y comprendemos que hasta
eso lo hiciste a tu modo, no podría ser de otra
manera. Hay quienes en silencio te recuerdan,
aún te observan recorrer el centro universitario a
bordo de tu cuatrimoto, sin embargo no estás y
eso, a decir verdad, se siente raro.

Siempre procuraste cumplir cabalmente con
tu trabajo, fuiste un jefe de esos extraños, eras
insistente, hostigoso, alburero, benevolente,
de esos que en ocasiones “caen gordos, pero
divierten”, como tú decías. El CUValles es una
muestra de tu dedicación, en conjunto con
tu equipo de trabajo lograste que todos los
visitantes, reconocieran la belleza de sus áreas
verdes y de sus instalaciones. Eso era uno de tus
más grandes orgullos.

Todos quienes han formado parte del CUValles
en más de una ocasión establecieron algún
contacto contigo, por eso eres tan famoso, sí,
eres. Al exterior, fomentaste el deporte y otras
cosas, fuiste bicampeón con un equipo formado
en su mayoría por tu gente de Servicios
Generales. Otro de tus orgullos.

En este momento, tal vez quienes leen esta
carta y sean de los pocos que no te conocieron,
no entenderán el porqué de este espacio. Por
este motivo les explicamos y te decimos a ti,
estimado ingeniero, que fuiste un universitario
ejemplar, un pilar del CUValles y un gran ejemplo
del amor a la Universidad de Guadalajara, tu
Universidad. A nivel personal dejaste huella por
ser un buen jefe, una excelente persona y un
gran amigo.

Ingeniero Wenceslao Núñez López,
muchas gracias por todo.

Tu familia CUValles

Wenceslao
Núñez López.
Foto: Javier
Castro Rivera.

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